miércoles, 24 de noviembre de 2010


-¡Quédate quieto!-le ordena con rudeza-.El pobre animalito podría cansarse si tiene que correr detrás de ti.
Sieg abre la boca para gritar,pero solo emite un ronco estertor.
Tiny pone en funcionamiento el aparato acústico y el gato se enfurecede tal modo que vuelca la jaula y se abre la puerta.El animal salta como un cohete sobre la mesa situada en el centro de la sala y se agacha,preparado para atacar.de su garganta salen sonidos de advertencia.
-¡No,no,no!-grita hermanito con los ojos muy abiertos al ver a Dinamita volar hacia él.Ha olvidado que todavía tiene en la mano el aparato acústico-.¡Que no es a mí!-grita cayendo al suelo con el gato encima.Le parece que le arrancan toda la piel,tirando hacia arriba.Se levanta del suelo,se revuelve y cae sobre la cama de Sieg,todavía con el aparato en la mano.
Sieg del miedo recobra la voz y lanza un largo alarido.
Las camas son lanzadas de un extremo a otro de la sala.La mesa cae hecha astillas.Las vitrinas se desmenuzan con gran estrépito de vidrios rotos.Por el aire vuelan nubes de plumas de los edredones.
Hermanito corre hacia la puerta con la cara ensangrentada y el uniforme hecho trizas.En su prisa por huir del gato,se lleva por delante el marco de la puerta.
-¡El aparato!-grita Porta en tono de aviso al ver llegar a Hermanito con el gato en los talones.
Hermanito se para un segundo.El gato le da alcance.
-¡El chisme!- grita Porta-.¡Tíralo ya de una vez!
Por fin Hermanito le entiende y lanza el aparato hacia el extremo opuesto del pasillo.En aquel momento,doblan la esquina del pasillo el superintendente del hospital seguido de sus ayudantes.
Dinamita da varias vueltas sobre sí mismo,hasta descubrir de donde llega el aborrecido sonido,se agacha y posa sus ojos sedientos de sangre en la enfermera que ha recogido el aparato.
-¿Qué es este artefacto?-pregunta el superintendente.
Sus subordinados no llegan a contestarle.El gato se lanza sobre ellos.La enfermera jefe nunca había sido desnudada tan rápidamente.El superintendente cae rodando por las escaleras y sus ayudantes salen disparados en todas direcciones.
--Vámonos-grita Porta.¡Esto se pone feo!
Pero en cuanto echamos a correr por el pasillo el aparato viene volando hacia nosotros.
-¡No!-grita Porta.Pero no puede decir más antes de que el gato se le eche encima.
Sin saber cómo,conseguimos salir del hospital.Uno de nosotros debe haber lanzado el aparato a la sala de Sieg porque allí se arma un cisco de mil demonios.
Temblando,traumatizados y cubiertos de sangre,subimos al "Kúbel" donde Wolf nos espera con impaciencia.
-¿Se puede saber qué os ha pasado?-pregunta abriendo mucho los ojos-.¡Cualquiera diría que habéis estado luchando con toda una división acorazada!
-¡Al primero que vuelva a hablarme de gatos monteses,le parto la cara!-gime Hermanito que está prácticamente irreconocible.
-¡Joder,qué facha traéis!-comenta Wolf.¿Y Dinamita?¿Es que no nos lo llevamos?
-Olvídalo-gruñe Porta,tratando de conseguir que se sostenga una manga de la guerrera,arrancada durante la refriega-.ese hijo de puta no parará hasta vaciar todo el hospital.
Al salir del recinto,oímos ruidos de cristales rotos.Sieg sale volando por la ventana,seguido de dos ordenanzas sanitarios.Antes de que lleguen al suelo,el gato está encima de ellos.Quedan ocultos tras un torbellino de nieve.
Al día siguiente,Hofmann nos trae la grata noticia de que Sieg ha sido declarado inútil para el servicio y que,hecho un guiñapo,ha sido internado en el hospital militar psiquiátrico de Giessen.Nadie hace caso de sus incoherencias sobre asesinatos,falsificación racial y gatos monteses.
DEL LIBRO "EJECICIÓN! de Sven Hassel.

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