domingo, 5 de septiembre de 2010


(Al llegar aquí,que el lector o la lectora me permitan un inciso y un consejo.El cuidado de la verdad histórica me obliga a emplear un lenguaje que no es precisamente el de las academias ni de los salones)
-¡Sal si te atreves,rajado,cara de culo,cerdo,mariquita!¡Si no eres un cobarde enseña tu jeta de lameculo! ¡anda!
-Acercate tu también para que te vea,estiercol!-replicó el enemigo.
-Es el saztec de los Gués.dijo Canus-,pero veo que están también Touegueule,y Bancal y Tatti y Miguela Lune:son una piara.
Ya sé que eres tu grandísimo puerco,el que has tratado a los longeverneses de turmas blandas.Yo te voy a hacer ver si tenemos turmas blandas.Yo te voy a hacer ver si tenemos turmas blandas por aquí.Anda que habreis teneido necesidad de todos vuestros calzoncillos cagados para borrar lo que he escrito a la puerta de vuestra iglesia.Unos mandrias como vosotros no se habrían atrevido a otro tanto.
-¡Acercate un poco ya que eres tan valiente,so bocón,que tienes más boca que patas para huir!
-¡Haz tú la mitad del camino,trapero!¡Que todos sabemos muy bien que tu padre se hizo rico tocándole los cojones a los toros en los campos de feria!
-Eso puedes decirlo tu con tu viejo todo comido de hipotecas.
-¡Hipoteca tú,so piojoso! A ver cuando cojes la alforja de tu abuelo para ir a pedir limosnas por las casas rezando padres nuestros.
-Aquí entre nosotros no pasa como en Longeverne donde las gallinas se mueren de hambre en plena cosecha.
-En Verlans son los piojos los que se mueren encima de vuestras costras,pero no se sabe si de hambre o de veneno.
Andanadas de insultos fueron lanzados de una parte y de otra en ráfagas y en tromba; luego los dos jefes, igualmente sobreexcitados, continuaron lanzándose injurias clásicas y modernas:
-¡Ladrones de gallinas!
-¡Comedores de gatos!-etcetera,etcetera.
En u n retroceso al mundo antiguo,se lanzaban a la cara con toda deslealtad habitual las acusaciones más desconcertantes y más innobles de su repertorio:
-¡Acuérdate de cuando tu madre se orinaba en la cazuela para hacerte la salsa!
-¡Y acuérdate tú de cuando la tuya le pedía las cagarrutas al boyero para ponértelas en la ensalada!
-¡Acuérdate del día que dijo tu padre que le convendría más criar a un verraco que a una pobre bestia como tú!
-¿y tu no te acuerdas de cuando tu madre decía que quisiera mejor darle de mamamr a una vaca que a tu hermana,porque así por lo menos no tendría una puta tan grande en casa?
-Mi hermana-replicaba el otro,que era hijo único-está en casa casa batiendo mantequilla;cuando remueba mierda puedes venir a lamer el palo.Pero mejor será que no vengas: la casa tiene losetas para que los sapos como tú no se puedan colar.
-¡Cuidado-advirtió Camus-,el Touegeule empieza a tirar piedras con su honda!
DEL LIBRO,"LA GUERRA DE LOS BOTONES" deLouis Pergaud

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