martes, 10 de agosto de 2010

DE UNA ENTREVISTA A ALBERT BOADELLA

. Has dicho que tu libro, «Memorias de un bufón» lo has escrito para que nadie te pueda identificar con un progre.
A.B. La idea de la progresía es la idea de una generación que es la mía. Creo que es una generación que ha frustrado casi la totalidad de sus esperanzas y sus utopías, pensábamos transformar el mundo de cabo a rabo. Por eso tengo esa especie de repelús a los progres: la mayor parte de esta generación se dedicó a trasformar cosas colaterales. Fue muy buena consumidora del porro y del ácido, y pensó que con lo que llamaban libertad sexual se hacía la gran revolución, y no se consiguió nada con ello -se consiguió mucha desavenencia entre las parejas-. Digamos que fue una generación revolucionaria-decorativa. Franco se murió tranquilamente en la cama. Y posteriormente, cuando mi generación se dedica al poder, está implicada en crímenes de Estado y en muchísima corrupción y deja paso a la derecha, al mercado puro y duro. Desaparición total de la ideología en los estamentos de poder y mercado absoluto. Les hace el camino fácil.

. ¿Por qué la mayoría de producciones son lo que tu llamas teatro arqueológico frente al teatro trasgresor y actual de Els Joglars?
A.B. Ocurre que el teatro está atento al mercado de una forma como jamás había estado. Se ha metido en una connivencia con las administraciones públicas, lo más importante es la subsistencia económica. Y por tanto no se cuestiona a los que dirigen el cotarro político-económico. Ha ocurrido lo que yo llamo tributo de vasallaje: el mundo de la cultura, buena parte del teatro y de muchos otros sectores, han tratado de no tener problemas a la hora de las financiaciones. Quien se porta bien, tiene sus prebendas, quien se porta mal... Nosotros hemos servido en Cataluña de ejemplo y escarmiento hacia todos aquellos que se les hubiera pasado por la cabeza hacer algo parecido. La televisión autonómica nos ha bloqueado cualquier participación, el Teatre Nacional cualquier coproducción, y en los ayuntamientos el poder convergente hace que no se contrate a Els Joglars. Funcionan así los moldes: «si quiere usted hacer trasgresiones ya ve lo que ocurre con Els Joglars». Esto ha sido un ejemplo y Pujol lo ha hecho fantástico.

Estoy considerado un anti-catalán. Hay quien me dice franquista y quien me dice españolista; no van a ofenderme porque me gusta España

¡Así nos luce el pelo en Cataluña!

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