martes, 31 de agosto de 2010


Hasta que vine a vivir a Inglaterra siempre había dado por hecho que el típico turista espantoso-con su dinero,su marcado acento,su ignorancia-era norteamericano.Ahora bien,el turista norteamericano-intimidado por el tamaño del mundo,sorprendido siempre por lo antiguo que es-es un turista tranquilo,deferente,aunque a veces resulte un poco mentecato.No es el más espantoso.Yo aún no había estado en la Costa del Sol.No me había encontrado con una panda de bebedores de cerveza.No conocía la basura turística,que solo se desplaza en viajes organizados,en los que todo está comprendido en el precio,siempre lleva a mano una pequeña cámara fotográfica y tiene una peculiar manera de vestir que se caracteriza por dejar al descubierto amplios trechos de carne que más valdría cubrir,por no mencionar su irreprimible apetito por el vino barato,por las litronas de cerveza y,al margen de cual sea el país que visiten y la lengua que se hable,por inmensas,grasientas cantidades de pescado frito con patatas envueltas en hojas del "Mail un Sunday".La basura turística se hace notar siempre que viaja.Pero los hinchas futbolísticos son peores. mucho peores.
DEL LIBRO "ENTRE LOS VÁNDALOS" de Bill Buford

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